Apoyado en cuatro pilares, y en cinco contextos (escucha, intuición, profundizar/impulsar, autogestión y curiosidad), el modelo co-activo tiene 3 principios. Distintas “técnicas” o metodologías de coaching cuyo uso variará en función de la situación, el momento, la evolución y las necesidades/objetivos concretos del cliente.
1. Principio de Plenitud. La R.AE. define plenitud como: “Apogeo, momento álgido o culminante de algo”. En este sentido, el coaching de plenitud, sirviéndose de diferentes técnicas (visualizaciones, diagramas de vida, etc.), tiene como objetivo la identificación de los valores del cliente, que son exclusivamente suyos, personales, únicos e intransferibles. La toma de conciencia, por parte del cliente, de los valores que le definen (auto descubrimiento) será el primer paso para la decisión (radical) de vivir una vida alineada con ellos y, por tanto, plena. En palabras de CTI, el coaching de plenitud consiste en “empoderar a los clientes para que sueñen a lo grande, avivando las llamas de esos sueños mediante las habilidades del reconocimiento, el respaldo y las preguntas poderosas, y después desafiarles a alcanzar esos sueños con vivacidad, pasión y compromiso.”
2. Principio de Equilibrio. Equilibrio en coaching hace referencia a la elección de opciones resonantes. Desde un trabajo de diferentes perspectivas acerca de un tema de importancia para el cliente, éstos identifican la vía más alineada con sus valores y propósito de vida. El principio de equilibrio trata, pues, no sólo de la capacidad de elegir de los clientes, sino de hacerlo de una forma consciente Y una vez tomada una decisión, comprometerse con ella y pasar a la acción.
3. Principio de Proceso. Como coaches co-activos, utilizando coaching de Proceso, “estamos con el cliente”, somos testigos. El coaching de proceso tiene como objetivo que el cliente se meta de lleno en su experiencia (sea cual sea el momento que está atravesando), en vez de limitarse a hablar acerca de ella. La experimenta de forma profunda y consciente, acompañado por el coach que, más que nunca, evita arreglar, cuidar y/o producir resultados.