Encerrados

“Un virus es un trozo de ácido nucleico rodeado de malas noticias”.

Peter Brian Medawar

 

De repente el mundo se ha parado, casi literalmente. Si en nuestro último post hablábamos de la importancia de la cultura, flexibilidad, empatía y capacidad de adaptación en el mundo empresarial, en estos días de confinamiento doméstico vamos a necesitar todo eso y más para sobrellevar semanas en las casas de Gran Hermano en que se han convertido nuestros hogares.

Tranquilos. Los que sean lectores habituales de este blog o clientes de YourBest saben que lo último que haríamos es ponernos a pontificar ahora sobre qué hacer o qué pensar. Las lecciones tipo libro de autoayuda que proliferan en estos días están lejos de nuestro ideario, diríamos que en las antípodas. Que cada uno afronte este periodo como pueda utilizando el sentido común (ejercicio, lectura, etc.).

Lo único que nos atreveríamos a sugerir es algo que siempre hemos recomendado: la óptica del valor relativo:

Si nos fijamos en el ejemplo de los mercados de crédito, vemos que los bonos corporativos no cotizan en términos de rentabilidad o precio. Nadie dice que un bono de Telefónica a 5 años cotiza a 104 (precio) o al 2,5% (rentabilidad). Lo que se hace es tomar una referencia sin riesgo y constatar la diferencia. Así, si la rentabilidad del bono del tesoro español a 5 años fuera del 2% (los niveles son totalmente inventados), diríamos que el bono de Telefónica de nuestro ejemplo cotizaría a 50 puntos básicos (un diferencial del 0.5% sobre el activo sin riesgo).

Obviamente, si tomamos otra referencia de activo considerado sin riesgo (el tipo Swap, por ejemplo) la cotización del bono sería diferente. Siendo absolutamente precisos, sería la misma en términos absolutos pero diferente en términos relativos. Sería sólo una manera distinta de expresar o medir la cotización de un bono.

Si hacemos lo mismo con la situación que estamos todos viviendo, si la valoramos en términos diferenciales, el resultado dependerá de cuál sea la referencia utilizada. Si nuestra referencia es “nivel de molestia”, no cabe duda que estar confinados en casa de forma obligatoria puede llegar a ser bastante delicado, sobre todo a medida que vayan pasando los días (dicen que los abogados matrimonialistas se van a forrar después de la crisis con la avalancha de divorcios que va a haber… entre broma y broma la verdad asoma).

Si lo comparamos con un reto generacional equiparable a afrontar una guerra (muchos habréis visto el eslogan “a nuestros abuelos se les pidió ir a la guerra para salvar el país, a ti sólo te pedimos que te quedes en casa”), entonces estar en una casa con nuestras familias, comida, internet y Netflix es una maravilla. Obviamente, yo utilizaría este tipo de varas de medir mentales para valorar la situación y así sentirnos mejor.

Lo que acabamos de decir sólo vale para un grupo de gente: el que no tiene problemas económicos o el que está en casa pero su puesto de trabajo no corre peligro y le siguen pagando aunque no vaya a trabajar o pueda teletrabajar.

Por desgracia existe un grupo numerosísimo de personas para las que esto no es así, bien porque son autónomos que si no facturan no ingresan o porque serán despedidos como consecuencia de una parada tan brutal de la actividad económica. También están los jóvenes que se encontraban en búsqueda de su primer empleo y ahora ven cómo se cierran todas las puertas, o los mayores de 50 años, víctimas de algún ERE anterior y que estaban tratando de reengancharse al mercado laboral.

En todo caso, lo que será común a todos, incluso a los que estén más protegidos, es la recesión (gran desaceleración en el mejor de los casos) a la que vamos directos. Por eso creemos que es el momento de aportar, todos, nuestro pequeño granito de arena para paliar los efectos de lo que se nos avecina.

Cada uno al nivel que pueda: Inditex fabricando material textil sanitario o cualquiera de nosotros no dejando de pagar a una empleada de hogar por horas que esté en su casa sin poder trabajar, por ejemplo. Creemos que cualquier gesto suma en circunstancias como las actuales.

Dicho todo lo anterior, y asumiendo que de una manera u otra sí vamos a tener más tiempo libre de lo habitual para pensar o reflexionar, entonces se nos presenta una oportunidad de hacer de la necesidad virtud. Una oportunidad para analizar nuestras fortalezas y debilidades profesionales, y diseñar una estrategia para cuando pase la tormenta y todo vuelva a la normalidad.

Nuestra modestísima contribución desde YourBest es ofrecernos a tener sesiones a través de Skype con cualquiera que pueda estar interesado en analizar y diseñar planes de actuación individuales para el día después del confinamiento. Serían de forma totalmente gratuita y tanto para clientes actuales como no clientes.

Sólo tenéis que poneros en contacto con nosotros para cerrar una cita a través de cualquiera de las siguientes direcciones de correo electrónico:

info@yourbest.es

Beatriz.serrano@yourbest.es

Roberto.fernandez@yourbest.es

En todo caso, aunque el inminente lanzamiento de nuestro canal de YouTube se ha tenido que retrasar (estaba previsto para esta semana), seguiremos en contacto a través del blog.

Esperamos que estéis todos los mejor posible. Mucha paciencia y mucho ánimo.

Un fuerte abrazo,

Beatriz y Roberto

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