El timo del coaching

  • ¿Y tú qué haces?
  • Me dedico al coaching, gestión de emociones, excellence research y speech motivacional. ¿Y tú?
  • Tampoco hago nada.

@WhitebowAlley

Twitter

Hace unos días el actor Dani Rovira anunciaba en Twitter que afortunadamente había superado el cáncer que padecía. Hablaba de seis meses de subida a una de las montañas más duras a las que se había enfrentado y de cómo finalmente había conseguido llegar a la cima.

A pesar de que Twitter no es precisamente el lugar más apacible del mundo, en casos como éste las reacciones de la gente suelen ser positivas. Así, la cuenta de Twitter del actor se llenó de felicitaciones y enhorabuenas.

Sin embargo, al mismo tiempo se produjo una novedad significativa: también hubo muchísimas reacciones pidiendo por favor que se evitara el lenguaje bélico, deportivo, batallador o de reto que se suele utilizar en estas situaciones. Que se dejara de relacionar la cura con la fuerza de voluntad.

Muchos decían que una actitud positiva puede venir bien a nivel mental durante el proceso pero que la curación depende de muchos factores, entre los que, por desgracia, “nuestra lucha” tiene poco o nada que ver. Decían que comentarios como los de Rovira estigmatizaban a los que no tenían la suerte de curarse: “¿qué pasa, que mi hermano no luchó lo suficiente?”; “¿encima de enfermarnos y estar hechos polvo a todos los niveles todavía somos responsables de lo que nos pase si no nos curamos?”; “¿no puedo estar deprimido?”; “¿tengo que sonreír a la cámara?”

Hubo muchas reacciones de este tipo pero no fueron contra Dani Rovira. No eran los típicos comentarios agresivos que se ven en Twitter todo el tiempo. Los que escribían le felicitaban y además entendían el sentido de su comentario. Sólo pretendían que se visualizara algo que para ellos era importante.

El jugador del Osasuna Chimy Ávila tuvo en enero una lesión de rodilla que le tuvo de baja hasta hace unos días. Justo cuando estaba a punto de reaparecer se ha lesionado la otra rodilla. Otros ocho meses de baja. Cabe imaginar el abatimiento y desesperación que puede llegar a producir una situación así. Muchísimo más si encima tu profesión es la de futbolista.

Pues bien, éste es el mensaje que el jugador ha publicado en las redes: “comienza otra batalla que la vida me pone; mientras más fuertes sean los desafíos, más grandes serán mis victorias”.
Entendiendo perfectamente el sentido de lo que quiere decir, valorando y admirando su esfuerzo por poner buena cara al mal tiempo y, desde luego, deseándole lo mejor en su recuperación, da la sensación de que casi se alegra de este nuevo “reto” que hará aún más “grande” su “victoria”.

Todo esto se encuadra dentro de la cultura de las redes sociales, caracterizada por una exposición permanente de nuestra “felicidad”. Todo son mensajes positivos, fotos en playas, sonrisas, salud. Las fotos de cuando nos acaban de echar del trabajo, nos acabamos de divorciar o se nos ha muerto el padre las guardamos para nosotros.

En el trabajo estamos pendientes de las valoraciones 360 o de cualquier otro tipo; las encuestas de compromiso deben salir bien; el operador de la compañía de teléfonos, después de tenerte una hora para resolver una simple duda (nada que ver con ellos normalmente) te pide que por favor le valores con un 5 porque si no se juega el trabajo. A quien crea que exagero le recomiendo el episodio “Caída en picado” de la tercera temporada de Black Mirror.

Este mostrar sólo la cara vista como un anuncio de Signal (quien reconozca esta frase que vaya asumiendo que sus días de juventud quedan ya lejos), esta cultura de la superficialidad e hipocresía, de libros de autoayuda y frases inspiradoras que se extiende por el mundo está afectando mucho a la imagen del coaching/mentoring.

Es muy difícil distinguir el trigo de la paja, como lo es distinguir al político realmente preparado, capaz y guiado exclusivamente por una vocación de servicio público a la comunidad. Si fuera diputado no podría culpar a nadie si me dijeran el clásico “todos los políticos sois iguales”. A la vista del nivel al que hemos llegado, tendría que asumirlo y apretar los dientes.

Por desgracia, tampoco puedo criticar chistes como el del principio de este artículo. Demasiada gente ha pensado en aprovechar la ola de confusión para pescar en rio revuelto. Es perfectamente entendible.

De ahí el último video de Beatriz explicando qué es y qué no es el coaching y el mentoring. Y de ahí que, ahora que empieza una nueva temporada, sigamos insistiendo en que, haciéndolo mejor o peor, 1) nos dedicamos a esto desde mucho antes de que se pusiera de moda; y, sobre todo, 2) no lo hacemos gratis pero sí por vocación. Los que son o han sido clientes nuestros lo saben. Los que aún no lo sean, y en todo caso no nos crean, sólo tienen una manera de comprobarlo. No les defraudaremos.

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