Se define mentoring como una “herramienta personalizada de desarrollo profesional, en la que reconocidos profesionales cualificados comparten conocimientos, habilidades y experiencias, y ofrecen consejos, información y guía a los directivos, apoyándoles para desarrollar sus carreras.”
En este sentido, el mentor comparte muchas de las características del coach ejecutivo/profesional, incluyendo:
- Clara orientación a resultados
- Capacidad de escucha y síntesis.
- Empatía y asertividad.
- Generar confianza.
- Habilidad de usar la pregunta como herramienta de reflexión.
- Habilidad para dar feedback de forma continuada.
- Habilidad para retar y abrir nuevas perspectivas.
- Pasión y compromiso por el desarrollo de las personas.
Sin embargo, y a pesar de la existencia de similitudes, existen también grandes diferencias entre el coaching ejecutivo/profesional y el mentoring, principalmente:
- En el coaching el coach es espejo para el directivo, obviando o dejando de lado su punto de vista y su experiencia. En el mentoring es clave que el mentor comparta su punto de vista con el directivo y también sus experiencias profesionales.
- El coach ni aconseja ni recomienda, sino que ayuda al cliente a encontrar sus propias respuestas. El mentor da consejos y recomendaciones al directivo.
- El coach pregunta y el cliente responde. En mentoring, es el cliente el que hace las preguntas al mentor, en busca de consejos y directrices.
- En el coaching las directrices las da el cliente. En el mentoring las da el mentor.
- En el coaching la relación es de igualdad profesional, en el mentoring no.
- El coaching requiere un conocedor de las técnicas de coaching. El mentoring es un experto profesional cualificado con larga experiencia en los puestos directivos y un conocimiento profundo del sector del cliente.
- El papel del coach es más táctico, el del mentor más estratégico.